Las cuerpas no nacen rotas, a las cuerpas las rompen.
Las almas nacen libres y luego las aprisionan, primero las familias y sus costumbres de encaje social. Tienes que crecer, tener una profesión y hacer plata. Como si “la plata” alimentara el espíritu. Estudiar, crecer, cumplir con mis responsabilidades, una carga impuesta, una tras otra. Sin preguntarme si esa profesión me haría sentir suficiente. Claramente no. Por eso estoy aquí, rompiendo el molde de mujercita perfecta, de abogada útil para la sociedad. Yo no quiero ser útil para nadie, sino es para mí. La pertenencia la descubro en cuerpas rotas, en las rechazadas, en las inmundas almas que se vuelven cobijo ante tanta gente de pose, terno, palabras bonitas y acartonadas. Mi esencia las reconoce y siente abrigo. Brujas, mariks, rechazadxs y fenómenxs son mi aquelarre.
[los caballeros las prefieren…]
nace desde la irrupción del concepto típico de feminidad, controversial, radical y libre. En su performance busca liberar la carga impuesta por la sociedad sobre el concepto cosificador e instrumentalizador de feminidad. Expone de manera cruda el horror detrás del “verse comestiblemente femenina” para ser socialmente aceptada.
Además, reivindica la noción de feminidad a partir de su propia experiencia y sentir. Denuncia públicamente la pasividad e inacción de la sociedad frente a la violencia patriarcal que termina con la vida de las mujeres. En su obra encontrarán muchas emociones, el placer NO es una de ellas.